Logotomías asexuadas
Bajo suelas de zapatos
Yo no miro mi silencio
Yo no oigo mis pantalones
Sólo respiro mis errores
Plastificaciones sistemáticas
Arteria muerta mística
Farolillos son
Arañazos enfermos
De gatos iluminados
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De Dama Blanca (1977)
viernes, diciembre 16, 2005
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7 comentarios:
SOBERBIO!!!!!
Hola, de nuevo aquí. Me siento un poco avergonzada por mi anterior intromisión. Espero que no se hayan ofendido.
Por cierto, la curiosidad me corroe: ¿la foto es de usted, Francisco Tilla?.
Un saludo. Agur!
De una enfermera.
jua jua jua!! no se si hecharme a reir o a llorar. y a lo peor es que no se que son mas malos los bersos o los contertulios estos. jua jua jua jua!!
volbere con mi peña por aqui. que soys unos bocabaos.
DA LA CARA, BABOSA SECA!!!
Una vez más, Huesito nos ciega con un zarpazo de luz de tumba.
Y es la ceguera pórtico a otras realidades interiores, inéditas, reveladoras, terroríficas; donde el "logos" se extirpa salvajemente, donde la impronta del sexo se esteriliza, donde la mística pervertida corre por las venas del "santo" enfermo.
Y en la oscuridad todos los gatos son pardos; sin caretas -o con la careta de la noche- todo es posible.
Absolutamente TODO.
La poesía como zona de anarquía del lenguaje.
Plas, plas, plas.
Bueno, bueno mi arma a vosotros se os va el choto por caminos de Ubeda. Esto más que un poema parece UNA CANCIÓN de SEVILLANAS.
"Yo no miro mi silencio...
yo no oigo mis pantalones..."
Ni los mismisimos ECOS del ROCIO.
Olé, Olé y Olééééé.
Tras degustar laboriosamente un buen poemario de Luis García Montero me he dejado arrastar por internet hasta encontrar el colmo de la desfachatez, un insulto al arte mismo de la escritura.
Muy apenado comtemplo la perdida de las vestiduras de estos "blogs" (maldito vocablo ingles invadelotodo) que dejan en cueros las verguenzas posmodernas de la literatura española. ¿Donde está Galdos, Juan Valera, Rosalia de Castro, Luis Rosales, Los hermanos Quintana... todos ellos fuentes de sabiduria para un pueblo que la necesita ante la intoxicacion de las formas. Nos conformamos con cuatro gracietas, dos rimas, y muchos despropositos, asi nos marcha, ideologicamente corrompidos por un arte capaz de producir soeces al ritmo de dentifricos. Por suerte las sepulturas tapana sus verguenzas, y la censura tapó en parte su ordinariez. Volvamos a la senda ritmica y buena de Luis Felipe Vivanco o José García Nieto, todo irá mas a pedir de boca, ocultando las cervicales bucales que a veces, en nuestros peores españoles producen... bueno, ya saben, esto.
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